Javier Paredes tiene 40 años y reside en las 40 viviendas del barrio Martijena de Palpalá. Él es no vidente, debido a que sufrió un desprendimiento de retina por un ACV.
Entre las barreras que se encuentra en su día a día está el de transitar por las calles y veredas de su zona. Tal es el caso de la Avenida Balderrama que le toca transitar pese a su estado deplorable.
“Hago el pedido nuevamente para que pasen las máquinas de Obras Públicas, agradecemos el alumbrado pero lo fundamental es que pasen la maquinaria”, expuso.
Sale de su casa y se convierte en una odisea cruzar solo dos cuadras. En el sector hay un canal y el pobre Javier ya se cayó en el mismo tiempo atrás.
“Salgo como se puede, andamos como se puede, con mucho cuidado y con miedo más que nada”, relató.
Expuso que es un cansancio constante dejarle notas al gobierno para obtener alguna respuesta.
FUENTE: Jujuy al Momento
