Tensión en Colombia: el presidente Iván Duque anunció el toque de queda para Bogotá

El presidente de Colombia, Iván Duque, se dirigió a la población este viernes por la noche a través de una cadena nacional al final de la segunda jornada de protestas populares en rechazo a las medidas tomadas por su gobierno.

Somos un Gobierno que escucha“, aseguró Duque en su discurso, en el que aseguró que “una cosa es la expresión pacífica a ravés de la protesta y otra bien distinta es aprovechar la protesta para sembrar el caos”.

“Una cosa es que Colombia marche por un mejor país y otra cosa es que politiqueros quieran utilizar estas extrepsiones para su beneficio personal“, sentenció el mandatario.

Hasta el momento se registraron al menos tres muertos y casi 300 heridos en dos días de tumulto social en el que se registraron saqueos, disturbios y marchas pacíficas por igual.

Duque aseguró que para “garantizar la seguridad en los lugares donde se está viendo pertubada la tranquilidad” decidió “fortalecer la presencia de la fuerza pública y aumentar las capacidades de inteligencia” en las calles.

“He ordenado el despliegue de patrullas mixtas de la Policía y del Ejercito nacional en los lugares más críticos, y he solicitado al señor Fiscal General de la Nación la inmediata movilidad del CTI cuando se precise”, anunció el presidente colombiano.

“A nivel nacional he solicitado a los alcaldes del país tomar las medidas pertinentes para salvaguardar el orden público en sus territorios, tales como la restricción de la movilidad con parrilleros, la ley seca o el toque de queda“, señaló.

El país pasó dos jornadas con cacerolazos, protetsas y marchas, y “como resultado de la acción de las autoridades se han capturado 146 personas, principalmente por fabricación y tráfico de armas, violencia contras servidores públicos, la obstrucción de las vías y el daño al bien ajeno”, informó Duque.

El Presidente aseguró que en coordinación con el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, “se ha decretado el toque de queda para las localidades de Kennedy, Ciudad Bolívar y Bosa a partir de las 20 y para toda la capital a partir de las 21”.

“He dado instrucciones a los ministerio de Justicia y de Defensa para que de manera coordinada con la fiscalía general de la nación los jueces de la república desplieguen todas las acciones necesarias para judicializar y no dejar en la impunidad a los delincuentes que afectaron y están afectando la tranquilidad de la ciudadanía”, advirtió.

Durante los casi dos años de Gobierno de Duque se produjeron numerosos asesinatos y muertes sin explicación alguna de líderes sociales que denunciaron las situaciones de violencia o corrupción.

Duque pidió “a todos los líderes de Colombia, a todos los ciudadanos, rechazar con contundencia la violencia y la incitacion al caos” porque “los que incitan al odio y a la destrucción no representan a los colombianos que han expresado su voz, ni mucho menos a la mayoría silenciosa”.

“A partir de la próximo semana daré inicio a una conversacion nacional que fortalezca agenda vigente de politica social trabajando de manera unida en una vision de mediano y largo plazo que nos permita cerrar las brechas sociales”

Duque llamó a construir “una paz con legalidad” en un discurso escueto que tuvo semenjanzas con el que diera Sebastián Piñera en Chile tras la marcha de millones de personas en varias ciudades del país.

Chile: al menos 11 muertos, 800 detenidos y otra gigantesca marcha en Santiago

El estallido social en Chile ya causó al menos 11 muertos (a media mañana se hablaba de dos víctimas más en Coquimbo, pero la cifra no pudo ser confirmada), más de 30 heridos y 800 detenidos. Las víctimas fallecieron durante los incendios y saqueos en comercios, que se han replicado en todo el país en tres días de violencia.

Son más de 9 mil los policías y militares movilizados en distintas ciudades pero resulta insuficiente para controlar la furia desatada desde el viernes, cuando la suba de 30 pesos del boleto del subterráneo (un aumento del 3,7% que luego fue frenado) desató protestas y actos de vandalismo.

Al mediodía volvieron las protestas de los jóvenes en el centro de Santiago y graves incidentes en la ciudad portuaria de Valparaíso con enfrentamientos y represión policial frente a la intendencia.

Miles de personas marchaban al ritmo de cacerolas en una columna que se extendía a lo largo de diez cuadras hacia la céntrica plaza Italia de Santiago y al grito de “Que se vayan los milicos”. Exigen la renuncia del presidente. La respuesta llegó en forma de represión, con tanquetas de Carabineros lanzado gases y chorros de agua.

Varios “pacos”, los helicópteros de la policía sobrevolaban la marcha, mientras la gente compartía entre sí agua con bicarbonato para combatir el ardor de los gases.

Sebastián Piñera decretó el estado de emergencia y toque de queda (prohibición para salir entre las 19 horas y las 6 de la mañana) para las principales ciudades del país. La medida seguirá vigente este lunes en algunas regiones.

“Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite”, dijo el mandatario. Sus declaraciones provocaron una catarata de críticas de la oposición y hasta el jefe del Ejército, general Javier Iturriaga, a cargo del estado de emergencia por pedido del propio presidente, se diferenció de Piñera: “No estoy en guerra con nadie, soy un hombre feliz”, respondió el militar.

El lunes por la mañana llegó a media máquina en la capital metropolitana, donde 2,7 millones de personas utilizan el subte para ir trabajar o estudiar. Más de la mitad de los comercios están cerrados. Hay solo una línea de metro funcionando y los colegios y universidades permanecen cerrados.

En los pocos supermercados abiertos hay colas para ingresar. “Estamos esperando refuerzo de seguridad para que más clientes puedan realizar sus compras. Por ahora, no más de 50 por tanda”, explica el encargado de un supermercado de Maipú, en el Gran Santiago.

Desde temprano persistió la aglomeración en el aeropuerto de Pudahuel, en Santiago.

Los vuelos nacionales están cancelados y limitados los internacionales.

“Tenía que salir el domingo para Iquique (norte del país) y me han pasado el vuelo hasta mañana martes”, se quejaba Manuel, un pasajero.

Muchas empresas han contemplado la situación y han sugerido a sus empleados no movilizarse para ir a trabajar. Para aquellos que tenían que venir a la capital, desde las comunas, se han facilitado micros para trasladarlos. Sin embargo, la mayoría de los buses pasaban totalmente llenos en las principales paradas, como Baquedano o Los Héroes. Otra opción para movilizarse en la ciudad, han sido los taxis colectivos (vehículos de alquiler compartidos por varios pasajeros).

“Es raro el movimiento a esta hora, parece que mucha gente no salió”, dice el guardia de un comercio del centro, que pasadas las 9, aún no abría sus puertas.

Los daños que provocaron los disturbios aún persisten en la región metropolitana que vive una jornada anormal. Son 116 los semáforos apagados y en algunas esquinas permanecen las barricadas y escombros acumulados por los que protestan.

En mensajes transmitidos por la televisión y la radios, los ministros de Piñera quieren transmitir una situación de normalidad, pero en la calle se percibe que no es tal.

La preocupación de la población no cede y las declaraciones de los funcionarios no ayudan: “Estamos muy conscientes de que los vándalos tienen un grado de organización y logística que es propia de la organización criminal”, dijo el presidente Piñera. Y la ministra de Educación rehusó responder la consulta de una periodista de la TV nacional: “¿Cómo le explica a un niño de cuarto año de educación primaria que el Presidente dijo que estamos en guerra?”.

Santiago, Chile. Enviada especial