En el primero de los hechos, los ladrones rompieron la puerta del SUM y se llevaron la pava eléctrica, un parlante portátil, un anafe eléctrico y una caja de golosinas del kiosco por un valor de unos $25.000, detalló el diario La Opinión de Pergamino.
Además destruyeron la alarma, rompieron las puertas de la dirección, la secretaría, la cocina y del depósito, de donde también faltaron pelotas con las que los chicos hacen educación física.
En el segundo robo volvieron a destruir el kiosco y rompieron una reja para pasar a la Secundaria 16. Allí se llevaron varias cosas, entre ellas una impresora y ocho celulares con los que los alumnos trabajan en el aula.
El tercer robo fue en la madrugada del jueves, cuando entraron tras romper un panel de policarbonato, y fueron directamente a buscar las golosinas que ya habían sido repuestas.
“Nos sentimos indefensos y estamos angustiados”
Los delincuentes además de robar artículos del colegio actuaron con saña, porque desparramaron la basura y rompieron puertas.
“Nos sentimos totalmente indefensos porque es llegar a la escuela y sentir la angustia y la incertidumbre de no saber con qué te vas a encontrar, porque vemos que para esta gente que roba le es demasiado fácil violentar un panel o una reja, ingresar a la sede y hacer destrozos, además de llevarse lo que les interesa”, comentó la directora del establecimiento Marcela De Sautu.
La docente también explicó que la plata que se robaron del kiosco impacta directamente en la economía de la escuela. “Con ese kiosco compramos los insumos que no nos provee el Estado. Por ejemplo, papel higiénico, cera, lampazo, resmas de papel, cartuchos para impresora y algunos otros artículos que se utilizan a diario y que nos cuesta reponerlos”, subrayó.