“El enojo del pulga es justificado”, explicó Leo Paredes, bancando la decisión de Messi, que se guardó y NO FUE A LA CEREMONIA DE PREMIACIÓN, en clara señal de repudio a las irregularidades que cometieron los árbitros en todo el torne, por lo que la última imagen en la Copa, fue cuando se fue caliente después de la expulsión.
Se sacó la cinta, saludó a Arturo Vidal, se fue al vestuario y hasta irse de la cancha no se lo vio más. El 10 no merecía que le hagan eso.
Lo que le hicieron a Messi será recordado por mucho tiempo y deja en tela de juicio una vez más a los organizadores de la copa y al famoso VAR que en vez de SUMAR, termina RESTANDO porque se aplica con marcada arbitrariedad.
El seleccionado argentino GUSTÓ Y GANÓ aunque falta mucho por mejorar, el Seleccionado Argentino de la Mano de Leo Messi, jugó de menor a mayor y terminó recibiendo el aplauso y el cariño de la gente.
Terminó la Copa para la Argentina y ahora comienza un nuevo tiempo, para el análisis y la reflexión.