La locura mundialista estaba por las nubes. Hacía casi tres minutos que la pelota se había movido del círculo central en el partido inaugural entre la anfitriona Qatar y la Ecuador de Gustavo Alfaro en el particular estadio Al-Bayt. Un tiro libre al borde del área para los sudamericanos fue la primera acción de peligro y terminó en gol del capitán Enner Valencia de cabeza, en una segunda jugada.
La hinchada ecuatoriana explotó de alegría. Pero el primer grito del Mundial, que hubiese significado el más rápido en la historia de un encuentro inaugural, no valió. El VAR lo anuló por posición adelantada cuando ya esperaban los qataríes para sacar del medio. Todo terminó en tiro libre indirecto para el conjunto local.
Así, el sistema de videoarbitraje -precisamente el del offside semiautomático- fue protagonista apenitas arrancada la Copa del Mundo. Nadie en el estadio con más de 40 mil personas entendía bien qué había ocurrido. El árbitro italiano Daniele Orsato cobró el tanto en primera instancia. El segundo asistente no levantó la bandera y corrió hacia el medio dando luz verde de su lado.
Sin embargo, de pronto el juez se llevó su mano hacia la oreja y esperó menos de dos minutos. Hizo la señal del VAR y levantó su brazo para cobrar el fuera de juego del delantero de Ecuador. ¿Existió tal infracción?
Desde el palco de prensa todo parecía estar en orden. No se logró percibir a ningún futbolista que haya participado de la jugada en una posición indebida. Michael Estrada había saltado a cabecear el balón, Félix Torres intentó una tijera al arco pero le salió un centro y Valencia la metió.
La repetición de la transmisión oficial tampoco entregaba una imagen clara de lo cobrado. Hasta que unos minutos más tarde salió la imagen digital exacta: entró en juego el flamante sistema denominado offside semiautomático, que se había usado en Champions League hizo su presentación en un Mundial.
El jugador adelantado finalmente fue Estrada, por media pierna, antes de saltar a cabecear la pelota del tiro libre en la primera jugada.
El gol hubiese entrado en la historia por ser el más rápido en el partido inaugural desde 1930, a los 2 minutos y 34 segundos. Sin embargo, el gol marcado por César Sampaio en Francia 98, a los 4 minutos del encuentro entre Brasil y Escocia, sigue siendo el más veloz en el debut.