Jujeño se gana la vida vendiendo sándwiches en la calle: “Le pongo garra y buena onda”

La escasa oferta laboral que hay en la provincia de Jujuy, obliga a los jóvenes a tener que recurrir a trabajos estacionales, para obtener ingresos.

Tal es el caso de Fernando Primero, un jujeño que se desempeña recorriendo las calles, vendiendo sándwiches en la vía pública. 

Sobre su experiencia, relató a Canal 2“Este es un trabajo dentro de todo tranquilo, para mí que soy vendedor hace tiempo me divierte estar en la calle. Es un poco complicado a veces pero es cuestión de ponerle garra y buena onda”. 

Su día a día lo transcurre caminando por las inmediaciones de Plaza Belgrano y otras zonas del centro que son concurridas. Convencido de que la plata está en la calle, sale a buscar clientes, aunque a veces los ánimos no son los mejores.

“En la calle hay gente con buena onda pero también muchos de mal humor, hay gente que está aguantando, que no sabe hasta cuándo va a seguir así en lo económico”.

Respecto a su empleador manifestó que debe hacer “malabares para repuntar las ventas”.

Fernando valoró el empleo que tiene, pero destacó que para los jóvenes lo ideal sería “tener una profesión y no tener que sacrificarse tanto”, sin embargo sostuvo que “es muy difícil encontrar trabajo en la provincia”.

Por Jujuy al Momento




Es vendedor ambulante y a sus 51 años se recibió de abogado

Carlos Correa es salteño se desempeñaba como vendedor ambulante y durante el día se levantaba todos los días a las 4.30 para tomar sus clases y estudiar. A los 51 años logró recibirse de abogado pese a todas las barreras.

Tiene 51 años, es vendedor ambulante y se recibió de abogado

Un hombre trabajador, con dos hijos y divorciado, pedía prestada un computadora y todos los días madrugaba ya que era el único tiempo disponible para poder cumplir lo que siempre anheló: ser abogado.

En el año 2000 cursaba la carrera en Tucumán pero no tuvo la fortuna de conseguir trabajo y tuvo que volverse a Salta para ayudar a su papá con el negocio.

Llevaba a sus hijos a la escuela y trabajaba en las calles de Rosario de la Frontera juntando la plata no solo para ayudar a su familia sino seguir luchando hasta conseguir su objetivo.

Por largos años Carlos no tuvo otra alternativa que tomar las clases de manera virtual con su teléfono. Un día y de manera milagrosa un amigo llegó para ayudarlo y que siga estudiando “Le tengo que dar un gracias enorme a mi amigo porque la computadora que me dio me ayudó muchísimo en el estudio” manifestó.

A sus 51 años Carlos dio el ejemplo de luchar y no abandonar y levantó el título de abogado un logro que pudo celebrar con su familia. “Nunca hay que bajar los brazos. A mis hijos les enseño que para triunfar en la vida hay que trabajar y estudiar”, expresó.

Fuente: Todo Jujuy