Alberto Fernández: Hoy comienza la “guerra contra la inflación”

Con el acuerdo del FMI aprobado, el presidente Alberto Fernández tiene por delante un desafío doble: relanzar su gestión y reflotar la relación con la vicepresidenta Cristina Kirchner y su entorno.

Ahora que el capítulo del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional fue cerrado anoche en el Senado, el jefe de Estado espera poder dar vuelta la página y avanzar con las medidas que planea para intentar bajar la inflación.

Esa “guerra contra la inflación” que él mismo anunció el martes y que lanzará este viernes, tiene un objetivo más allá de ir contra la inflación y lo primero que tiene que superar es el escollo interno de la resistencia que pone el sector más cercano a la presidenta del Senado.

Si Alberto Fernández quiere que las medidas tengan un mínimo de acompañamiento y que no nazcan debilitadas, deberá encontrar la forma de cosechar el respaldo del Frente de Todos completo.

No será una tarea fácil, ya que las vías de comunicación con la vicepresidenta están cortadas e, incluso, esa situación quedó expuesta el jueves cuando en su conferencia semanal la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, blanqueó que Cristina Kirchner le clavó el visto al Presidente.

Las heridas en el oficialismo por la discusión del acuerdo con el FMI son profundas y no cerrarán de un día para el otro, pero la situación económica apremia y de no mediar comunión interna las medidas que anunciará Fernández no tendrán el impulso deseado.

Este viernes por la tarde, el jefe de Estado volverá a la centralidad política con el nuevo plan anti inflacionario que implementará para tratar de morigerar la suba de precios sin control que aqueja al país.

“Vamos a terminar con los especuladores y poner las cosas en orden, en una Argentina que ha sufrido tanto por esos cuatro años”, adelantó el jefe de Estado durante un acto que encabezó en el partido bonaerense de Malvinas Argentinas esta semana, al anticipar su “guerra” contra la inflación que comienza este viernes.

El acuerdo con el FMI obtuvo media sanción en Diputados con amplio apoyo opositor y el rechazo de Máximo Kirchner

El proyecto que pasó al Senado fue aprobado con 202 votos positivos, 37 negativos y 13 abstenciones Tras una maratónica sesión de más de 12 horas, el oficialismo logró aprobar en la Cámara de Diputados el acuerdo con el FMI para refinanciar la deuda de USD 44 mil millones contraída por Mauricio Macri en 2018. La votación cerró con 202 votos positivos, 37 negativos y 13 abstenciones. El líder de La Cámpora bajó al recinto a último momento.

Luego de haber mantenido su posición en el más estricto hermetismo durante toda la tarde, Máximo Kirchner y los diputados de su espacio optaron por bajar al recinto a último momento. La Cámpora votó negativamente, al igual que los tres legisladores de Patria Grande. El Frente de Todos tuvo 28 votos negativos También rechazaron el proyecto los diputados Libertarios -con fuertes discursos de Javier Milei y José Lus Espert-, los dos de la Corriente Clasista y Combativa, Ricardo López Murphy y los cuatro del interbloque del Frente de Izquierda. La votación finalmente llegó pasadas las 3 de la madrugada. Al término de la sesión, desde Juntos por el Cambio volvieron a cuestionar la irresponsabilidad del kirchnerismo. “Si no estábamos acá esta noche la Argentina entraba en default”, aseguraron a Infobae.

Por su parte, en la bancada del oficialismo se mostraron satisfechos por la cantidad de votos afirmativos totales y destacaban que el resultado confirmó que eligieron “la estrategia de negociación correcta”. Cabe destacar que si Juntos por el Cambio decidía abstenerse como planteó antes de llegar a un acuerdo con el oficialismo, los votos positivos (77) habrían sido menos que las abstenciones totales. Al inicio de la jornada, la ausencia de Máximo Kirchner durante el llamado para dar quórum había sido una primera señal de alarma para el oficialismo, que todavía desconocía su posición a la hora de votar. El líder de La Cámpora, que hace poco renunció a la jefatura del bloque en rechazo al acuerdo, estaba en su oficina pero decidió no participar del debate. La sesión comenzó con 129 diputados en el recinto, número exacto para poder iniciar el debate.

La silla vacía de Máximo Kirchner alimentó especulaciones durante toda la tarde sobre la posición que asumiría el kirchnerismo duro, ya que una veintena de diputados podía ausentarse, abstenerse o directamente votar en contra. Finalmente se confirmó la última alternativa, que representa un duro golpe a la unidad del Frente de Todos y a la gobernabilidad de Alberto Fernández de cara a los próximos dos años. Promediando la tarde en el oficialismo reconocían que una votación unánime nunca estuvo en los pronósticos. Un diputado dijo a Infobae que Germán Martínez tuvo un solo pedido a los miembros del bloque que iban a hacer uso de la palabra: transitar el debate con tranquilidad y evitar los exabruptos. Algo que se respetó.

Otra señal de la fractura dentro del oficialismo llegó minutos antes de las 19, cuando los jefes de los bloques terminaron de acordar la cantidad de oradores individuales: entre los 80 diputados que pidieron hacer uso de la palabra no estuvieron Máximo Kirchner ni ningún legislador identificado con La Cámpora. Durante las primeras horas del debate, en las inmediaciones del Congreso hubo incidentes con los grupos de izquierda que se concentraron en la plaza para rechazar el acuerdo. Encapuchados quemaron gomas, tiraron piedras contra las ventanas del frente del edificio y arrojaron una bomba molotov a los uniformados. La Policía de la Ciudad terminó desalojando la zona. El caos que se vivió en las calles no se filtró al interior del recinto y el clima fue calmo durante toda la tarde.

Ayer, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el jefe de la bancada oficialista, Germán Martínez, encabezaron las negociaciones con la oposición para poder avanzar en el plenario de comisiones de Presupuesto y Finanzas con un dictamen unificado. El Gobierno cedió a los reclamos de Juntos por el Cambio y eliminó de la redacción todas las referencias al programa económico diseñado por Martín Guzmán y negociado con el staff técnico del oficialismo. Los anexos que contenían el plan y las metas negociadas con el staff del FMI quedaron excluidos del proyecto. Esa había sido la principal objeción de la oposición desde el anunció del acuerdo. Solo se aprobó el empréstito.

“Apruébanse, de acuerdo a lo estipulado en el artículo 75 inciso 7 de la Constitución Nacional y en los términos del artículo 2 de la Ley 27.612, las operaciones de crédito público contenidas en el “Programa de Facilidades Extendidas” a celebrarse entre el Poder Ejecutivo Nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la cancelación del “Acuerdo Stand By” oportunamente celebrado en 2018 y para apoyo presupuestario. El Poder Ejecutivo Nacional suscribirá, en uso de sus facultades, los instrumentos necesarios para dar cumplimiento a lo establecido en el párrafo precedente”, marcaba el párrafo acordado.

CREDITO: IINFOBAE