Fuentes policiales informaron que en horas de la mañana del martes, efectivos de la comisaría Seccional 4°, tras una persecución lograron la aprehensión de un hombre de 29 años de edad y recuperaron dos cajones de gaseosas con los respectivos envases, los cuales habían sido sustraídos de una vivienda del barrio Cuyaya.
Alrededor de las 09:30, los uniformados fueron alertados telefónicamente acerca de que un masculino ingresó por la parte posterior de un domicilio ubicado sobre avenida Hipólito Yrigoyen, y sustrajo dos cajones de gaseosas, para luego darse a la fuga con dirección a la vieja terminal.
Ante ello, los policías salieron en busca del delincuente, y tras rápida intervención el protagonista fue atrapado en calles José de la Iglesia y Avellaneda, siendo trasladado a la sede operativa.
Por el hecho delictivo, la damnificada de 53 años radicó la correspondiente denuncia, tras la cual recuperó los elementos robados.
En tanto, el inculpado, que tiene residencia en el barrio Mariano Moreno, quedó alojado en la sede policial por el delito de hurto.
Ante tantos problemas en el medio ambiente por el uso de las botellas de plástico, puede resultar una opción la idea de volver a usar un envase de agua, jugo o gaseosa que se agotó. En vez de tirarlo y sumarlo a los millones de recipientes que flotan en el mar generando graves consecuencias al planeta, por qué no volver a cargar la botella y guardarla en la cartera o el bolso. Esto es un grave error.
Según explica la revista especializada Consumer: en la mayoría de los casos, el envase no está preparado para ser utilizado más de una o dos ocasiones. Y pueden aparecer distintos problemas al realizar esto vinculados a dos sustancias: el bisfenol A (BPA), que se lo utiliza para lograr que el plástico resulte duro y transparente, y los ftalatos, que se generan que la botella sea al mismo tiempo blanda y flexible.
Las botellas que se vuelven a usar pueden contaminarse con microorganismos y bacterias.NEWSLETTERS CLARÍN
Aparición de bacterias
“Si se ha bebido directamente de una botella y se ha rellenado repetidas veces con otro tipo de líquido o alimento, el interior de estos envases ya no mantiene sus iniciales condiciones de total asepsia pudiendo incluso contaminarse con microorganismos y bacterias que proceden de nuestra boca o del ambiente”, le dijo a BBC Mundo Ana Troncoso, catedrática de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Sevilla, en España.
Además, explica Consumer que, en un experimento realizado por expertos británicos publicado en ‘Men’s Health’, se encontraron “más bacterias en las botellas reutilizadas por atletas durante una semana que en un inodoro (más de 900.000 unidades formadoras de colonias por centímetro cuadrado), de las que el 60% fueron capaces de transportar enfermedades a varias personas”.
Migración de sustancias químicas
“El bisfenol A es una sustancia química controvertida que se emplea en la fabricación de una amplia variedad de artículos de uso común y que se cree que interfiere en las hormonas sexuales”, explica Marta Chavarrías en su artículo de Consumer. Además, resalta que el BPA tiene la capacidad de migrar hacia las bebidas, aunque está del todo claras si esta sustancia afecta a los humanos. Sí se sabe que puede interferir con el sistema endocrino de las glándulas.
Entonces se debe evitar la reutilización de botellas si están hechas de plástico con BPA. Una opción es usar un envase marcado como “libre de BPA” o hecho con polietileno reutilizable, polipropileno, acero inoxidable o botellas de agua de aluminio revestidas y que no liberen sustancias no deseadas al agua potable.
Una opción es usar un envase marcado como “libre de BPA”.