En Alto Comedero dictan clases gratis de francés para ayudar a los niños y jóvenes que más lo necesitan

El francés es una materia que se enseña para complementar de manera integral la formación de los alumnos en los tres niveles educativos. No obstante, puede tener sus complicaciones a la hora de estudiarlo. Por ello es que desde la mejor de las intenciones, un espacio de contención surgió para ayudar a los estudiantes de primaria y secundaria que necesiten mejorar el entendimiento de esta asignatura. Así es que gracias a la profesora Noelia Ávalos los alumnos de diferentes colegios pueden hacerlo de manera gratuita.
“Siempre dicté clases de apoyo donde me pagaban y en una oportunidad, un alumno me contó que debía ir a trabajar en la feria para poder pagarme y entonces me dije a mí misma que podía poner un día gratis para los jóvenes sin recursos”, expresó la jujeña que desde aquél día cada sábado ofrece clases sin cargo en el barrio San Benito del sector B2 de Alto Comedero.

Desde un primer momento, los interesados se sumaron con optimismo a la actividad. “Los alumnos que vienen a las clases y aprueban las recomiendan, otros son hermanos de chicos que ya preparé y así se genera el de ‘boca en boca'”, comentó Ávalos que es feliz de poder colaborar con los niños y adolescentes. “Para mí enseñar francés es muy gratificante, poder ayudar en un ambiente muy ameno porque ellos se van felices con la explicación. Tuve casos en los que en dos clases enseñé temas puntuales a evaluar y aprobaron”, expresó positiva.
Por lo general, los jóvenes de nivel medio desde primero a quinto año consultan sobre todo por la conjugación de verbos y la fonética. “Es impresionante la respuesta de los chicos”, contó Ávalos quien aplica diversas técnicas para fijar el conocimiento como lectura, videos o canciones.
Además de las clases de apoyo en francés, mientras los asistentes se forman, sus mamás trabajan en la huerta comunitaria, donde obtienen vegetales.

“Cuando ellos vienen, están trabajando en huerta las mamis y entonces les explico que es para ayudar a las familias necesitadas del barrio. Todo es una manera de colaborarnos y las clases también lo son”, dijo la docente que se mantiene en constante comunicación con los padres para avisar sobre el avance de sus hijos y decirles que llevan tarea para casa.
“Desde que llegan, usan el idioma. Saludan en francés y comenzamos”, comentó sin dejar de resaltar el trabajo constante que se realiza en la huerta. “Las mamás siembran verduras y están piqueando, arando la tierra, regando y cosechando. A diario estamos en la huerta”, explicó. En este espacio se cosecha acelga, lechuga, remolacha, habas, arvejas, zapallitos y coreanitos. Además, hierbas aromáticas como el orégano, tomillo, romero, cedrón y burro. Importante es mencionar que los niños visitan la huerta para generar la conciencia de sembrar, generando sus propios alimentos. “Las mamás son felices con las plantas, las cuidan muchísimo”, aseguró la profesora


Fuente: El Tribuno